Monday 9 April 2012

AIRGAMBOY VAMPIRO





Leía hace poco en un prólogo de Felice Picano, que él se había sentido toda su vida como una persona ordinaria rodeada de gente extraordinaria y atípica que le había ido poco a poco maravillando y haciéndole sentir uno de ellos.

Mientras leía sus palabras, no podía dejar de pensar en lo “normal” que ha sido siempre todo lo que me ha rodeado, y de cómo yo siempre me he sentido extraño e inadaptado, y de cuánto me he alegrado siempre cuando me he encontrado en mi camino con personas que, por razones diversas, se han salido de la “normalidad” y que no me han hecho sentir como un marciano. He recorrido un largo camino hasta llegar por fin a estar rodeado de personas peculiares junto a las que me encuentro en casa.

Pero en el viaje ha habido de todo; indiferencia, rechazo, conflicto, admiración, aprecio pasajero, infatuación inmediata… No obstante, he de reconocer que siempre he tenido suerte y he tenido alguien a mi lado que se salía de la norma; desde mi primera amiga de la infancia -que sigue re-inventándose-, a la primera que me enseñó a quererme -que sigue inspirándome-, o la primera de la que me declaré fan total -a la que sigo admirando-.

Son las almas gemelas las que permanecen. Las demás vienen y van porque no han compartido nunca riesgos; porque no se han atrevido a modificar el trayecto por el que les empuja la inercia. Porque han elegido -si es que este tipo de cosas se eligen- nadar y guardar la ropa. Acaso han burlado su necesidad de originalidad aprovechándose de los riesgos ajenos, haciéndose partícipes de las experiencias que nunca han vivido, tomando posesión de las lecciones aprendidas por los riesgos no tomados, por las derrotas no sufridas, por las batallas no ganadas… Como vampiros de energía, se conforman con vivir en la caverna de Platón, a salvo del fracaso, interpretando sombras como forma de vida.

Pero los inertes, a salvo en sus sofás hipotecados, desconocen el dulce néctar de la experiencia, el maná de las epifanías …

Son éstos los vampiros que nos juzgarán y nos condenarán; o acaso nos tolerarán y alabarán en ocasiones, para así poder carroñear en las sombras de nuestras vivencias. Pero nunca podrán tocar nuestras almas y acabarán por aburrirnos.

Solo aquellos que toman riesgos y se ponen el mundo por montera, solo los que se desnudan sin temor a que la normalidad les abandone, solo los que se han caído y se han vuelto a levantar, pueden entender el secreto de las Itacas.

Para acabar esta reflexión qué mejor que una cita de Benavente que me encanta, y que contradice todo lo que he escrito... y es que el absurdo, es a menudo lo único que tiene sentido:

"¡Bienaventurados nuestros imitadores, porque de ellos serán todos nuestros defectos!"

2 comments:

Patricia said...

¡JAJAJA! He sentido mucha empatía con las palabras de este airgamboy vampiro. Me parecen palabras tan sabias como viscerales. Siempre se dice que es buena señal que te imiten, mira si no cuantos imitadores tiene Madonna!!! Seguro que todas las chicas del College la copiaban antes de que empezara a despuntar, pero el talento tiene la manía de poner a las personas en su sitio, aunque el camino sea duro y lleno de sapos. En cualquier caso, sin visceralidad ni cachondeos, la reflexión serena es la mejor consejera.

Un beso

Airgamboy said...

Totalmente de acuerdo, en que la reflexión tiene que ser serena siempre, aunque en mi caso, a menudo éstas llegan tarde después de que las vísceras hayan tomado las decisiones y controlados los hechos.

Por otro lado, no son los que copian los que me aburren, sino los cobardes disfrazados de prudentes. Yo creo que todos copiamos (quien esté libre de pecado que lance la primera piedra) pero pienso que hasta esto hay que hacerlo con valentía y tomando riesgos. La vida sin riesgo no es vida, es existencia!