Thursday 15 July 2010

AIRGAMBOY BRITANICO


AIRGAMBOY BRITANICO De todos los diferentes personajes en los que ser airgamboy me ha llevado, sin duda el más complejo ha sido el de airgamboy británico. (Y mira que llevo casi 15 anyos en ello).

Y es que no es por criticar, pero mira que los ingleses son suyos! Yo, desde luego, hay cosas que nunca entenderé y/o a las que nunca me acostumbraré. También he de añadir, que hay muchas que me encantan.

Pienso que de los primeros choques culturales fuertes fue lo de no enjuagar los platos y los vasos después de fregarlos. La primera vez que me percaté de esta peculiaridad vivía yo en casa de una marikita horrorosa a la que bauticé como la “marikita fantástica”, pero no me extenderé porque, sin duda, los caseros y compañeros de piso se merecen como mínimo una entrada entera.

El caso es que esta marikita cincuentona, que se las daba de limpia, llenaba el fregadero de agua con jabón, sumergía la vajilla y frotaba un poco las piezas más sucias, y los ponía a escurrir hasta que se secaba la espuma… Esto me ayudó a explicarme el color gris-verdoso de muchos de los habitantes de esta isla contradictoria.

Lo de la comida tampoco lo entiendo, aunque en este aspecto , creo que ni ellos mismos lo hacen, ya que se han acogido desde hace décadas a las tradiciones culinarias de casi todas las tierras habidas y por haber. De hecho, el plato más comido en el Reino Unido parece que es el Chicken Tikka. A esta crítica he de decir, que, hoy por hoy, en Londres se come muy bien gracias a esto; el pan europeo, el café, el helado y el aceite de oliva, han llegado a la isla, así como el chorizo, que en los últimos dos anyos ha revolucionado casi todas las cocinas adoptadas por los británicos, aparece en la pizza, en platos de pescado en bocadillos de puestos callejeros, en el arroz… Eso sí, siguen con algunas peculiaridades como la Marmite, el rubharb y los rebozados a base de mantequilla. Incluso parece ser que en alguna ciudad del norte se rebozan y fríen las barras de chocolate Mars!!! Y el concepto de cocina casera es bastante alienígena aquí, así como llevarse la fiambrera al trabajo. Es el paraíso de la comida para llevar y los platos precocinados. Y en único lugar en el que se me ocurre que es normal llevar termos de café y té a la playa…

A los ingleses les fascina la tradición, desde sus cabinas de teléfono y sus cambios de guardia, hasta su sistema legislativo pasando por organizar multitud de rallies de coches de época y encuentros de amantes de las máquinas de vapor. A estas excentricidades, hemos de añadir cosas como el “trainspotting” o el bus or plane “spotting” sobre los que no me voy a extender, pero si sentís curiosidad, ponerlo en google, porque es muy surrealista.

He de confesar que el punto excéntrico e individualista de esta sociedad me fascina. Y es que, en general, lo que menos me gusta en también lo que más aprecio. Me explico; me encanta que en este país la gente no se meta en tu vida y respete tu espacio, pero a la vez es este mismo espacio el que hace que a veces te sientas solo o el que te impida intimar con la gente de tu alrededor. Como dicen los ingleses: “no puedes comerte tu tarta y guardarla para luego a la vez”

En fin, estas son solo algunas de las dificultades que he encontrado a lo largo de estos anyos y que estoy seguro que nunca llegaré a sentir como mías, pero hay muchas más, el tema de la cerveza, la flema, el altruismo, el punto imperialista y colonizador, la filantropía de las clases medias y altas y el contraste de ésta con las actitudes destructivas de la clase baja, con esto no me refiero a la clase trabajadora sino más bien a la que no trabaja… claro que es sistema de clases es sin duda la gran barrera cultural para cualquiera que no haya nacido en el Reino Unido… incluso los británicos admiten que es difícil de explicar y más aún de comprender. Yo a esto añado que es incluso difícil de percibir, y que no empiezas a ser consciente de esta capa semiótica paralela hasta que no llevas muchos anyos, no ya solamente viviendo en el Reino Unido, sino inmerso en su cultura; porque no es suficiente habitar en el país para percatarse de este complejo sistema al que tal vez le dedique una entrada un día que me vea con fuerzas de analizar no inanalizable.

Para terminar, porque podría escribir un texto tan voluminoso como la enciclopedia británica, os diré que hace anyos que decidí dejar de intentar comprenderlo todo: yo nunca seré británico, aunque también hace tiempo que dejé de considerarme español, ni catalán, ni castellano (si acaso un poco txarnego), me considero londinense, o lo que viene a ser lo mismo, ciudadano del mundo. Después de trabajar casi diez anyos en el West End, de vivir en más de diez barrios diferentes (siempre en zona 1 o 2, de haber cursado numerosos cursos en diferentes disciplinas ), y de haberme dedicado a las profesiones más diversas, desde servir copas en un bar de mala reputación a funcionario de la corte de justicia, pasando por pastelero, asistente personal, y trabajador de ONG con indigentes de la capital, creo que soy tan londinense, o más, que el o la perly King or queen más cockney de la ciudad.

5 comments:

◊ dissident ◊ said...

Dicen que el tiempo nos hace ser del lugar en el que vivimos.

Saludos

Airgamboy said...

Pues yo a veces pienso que cada vez soy menos de ningún sitio en concreto

◊ dissident ◊ said...

Eso será porque has estado en muchos sitios y no sacaste raices. ¡Ojalá yo pudiera decir lo mismo! Estoy anclado o mejor, varado...

Gracias por pasar por mi blog.

Saludos

Patricia said...

El proceso de adaptación es misterioso. Me sorprende lo que sentimos como propio y como ajeno. HAce 15 años el esfuerzo que uno tenía que hacer para aprender las normas de un nuevo escenario era mucho mayor que ahora, cuando las costumbres se han difuminado y todo es un poco de todas partes. Cuando yo estuve por primera vez en el 89 me impactaba todo, la ropa de la viejecitas, los caretos tatuados de los punk, la puntualidad de los autobuses y hasta la campana de los pubs que anunciaba la última ronda.
La última vez que visité esa ciudad, todo me pareció más reconocible. Por un lado mejor, el chorizo facilita la convivencia, pero eché de menos el estremecimiento de lo desconocido... Es sólo una sensación, no quiero parecer pretenciosa ¡Todavía hay tanto qué descubrir!

¡UN BESO!

quéinsólito said...

Yo estoy encantado. Y eso que llevo na y menos. Ya conocía estas tierras y estos londres desde el 99 que vine 5 meses y luego he repetido y tripitido. A mi me encanta. La pena son las carnes de los sainsburys, que no saben como las españolas...y para que un guiso te quede rico hay que verselas y desearselas con todo tipo de avecrenes...pero bueno...resisto. Me hago unos gazpachos que pa que...

Y ellos, pues me parecen en general, de puertas para afuera, bastante más educados que en españa y como más llevaderos. De puertas para dentro serán como sean pero lo que importa si no conoces a la gente, es como te traten, y aqui te tratan mejor y eres más persona, al menos por ahora es lo que pienso.

Y hay más bares de desnudarse.